La gravedad en mis zapatos by Rocío Quiñones Grande

autor:Rocío Quiñones Grande
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2019-07-04T05:00:00+00:00

Vibremos

Antes de ti, Hugo/2004

La piel de Carlota se erizaba en el porche.

Hacía frío, pero aquella noche quería aprovechar el tiempo junto a su padre como si fuera oro. Volvería a marcharse durante dos semanas por trabajo y cada vez le costaba más recolectar momentos juntos. Hasta Bruno comenzaba a olerle más de la cuenta cada vez que regresaba, como si quisiera asegurarse de más o como si hubiera perdido su esencia.

Carlota devoraba sus libros, quería ser ella quien le hablara de Brian Greene, de Hawking, de agujeros de gusano. Quería sorprenderle, porque por alguna razón sentía que de esta manera él dejaría de buscar fuera lo que ella podría regalarle en conocimientos, en fórmulas enormes y nuevos descubrimientos científicos.

—Carlota, tus notas son extraordinarias. De verdad, hija, estoy superorgulloso de ti.

—Lo sé, papá. Me alegra que sea así.

—Supongo que es pronto, pero en dos años tendrás que hacer selectividad y quizás deberías pensar en aquello a lo que te gustaría dedicarte.

—Sí, papá, creo que cualquiera de la rama científica. Físicas tiene pocas salidas al no ser que seas una eminencia.

—Cariño, tú lo eres. ¿Pero no te has visto?

Carlota sintió un incendio en las mejillas. La admiración que sentía por su padre se reproducía ahora en el elogio de él hacia ella.

—Bueno, papá, es que me gusta…

—Me encanta mi niña. Compartiendo encima gustos.

—Mamá dice que somos iguales, incluso en cómo nos tomamos todo tan a pecho.

—Sí, trabajamos demasiado, diría yo.

—Papá, no te reprocho nada, te admiro mucho. No todo el mundo puede decir que tiene un padre trabajando en el CERN. Es solo que sé que para ti no ha sido fácil tampoco.

—Hija, lo único que me jode de esto es no poder estar más contigo y con mamá.

—Nosotras lo sabemos, papá. No te preocupes por ello. Hombre, sería genial verte más. Te echamos tanto de menos…

—Yo también, Carlota. Quizás el año que viene cambien las cosas y no tenga que viajar tanto. Os vais a hartar de papá.

—¿De verdad?

—Podré trabajar más en casa y en la universidad. No tendré que pasar tanto tiempo viajando ni en Suiza, será más temporal.

—Jo, papá, qué feliz me estás haciendo.

—Por fin estaré con mis chicas.

—Claro. Ahora no lo pienses, que te pones triste. Vamos a comer, lo que viene de la cocina huele de maravilla.

A los pocos meses una noticia cambiaría su mundo para siempre.

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